Entre los atributos de los chakras se encuentran otros dos símbolos importantes: Shiva y Shakti.

SHIVA simboliza la conciencia, el principio masculino.

SHAKTI es el principio femenino, energía y poder.

Otro nombre para estos dos principios primordiales es PURUSHA y PRAKRTI. Purusha es conciencia y Prakrti es naturaleza.

A Shiva se le suele representar con un tridente, que representa la trinidad de Ishvara – Purusha – Prakrti.

Ishvara es el Principio Divino omnipresente, eterno y sin forma. Purusha es Atma y Prakrti es "manifiesta": naturaleza. Las relaciones entre ellos se pueden aclarar con el ejemplo de una lámpara eléctrica. La corriente eléctrica como fuente de luz es Ishvara. La luz es Purusha y el objeto iluminado es Prakrti.

SHAKTI (o Prakrti) significa energía, poder, movimiento, cambio, naturaleza. Ella es el principio de la mujer madre, sostén de la familia, abundancia. En el mundo humano y animal, la madre proporciona sustento, protección y calidez a su descendencia. No hay amor más grande en el mundo que el amor de una madre. La madre lleva y nutre al niño en su propio cuerpo. Cuando nace un niño, ella lo alimenta con su leche, le brinda cuidados, protección y educación a costa de su comodidad, se sacrifica por él hasta que alcance la madurez y la independencia.

SHIVA (o Purusha), por otra parte, es conciencia pura, inmutable, es un observador imparcial, impasible, testigo de todos los acontecimientos. Purusha no tiene deseos. Los deseos surgen de la esencia de prakrti. Purusha es la pantalla de proyección blanca y vacía en la que prakrti proyecta sus películas.

Shiva y Shakti son dos aspectos de la conciencia divina, se puede decir que son dos caras de la misma moneda. En algunas representaciones, estos dos principios primordiales aparecen como un solo ser, la mitad izquierda del cual está representada por la madre Parvati, la energía femenina (Shakti), y la mitad derecha por Shiva, el componente masculino, la conciencia.

Estos dos principios se separaron en el curso de la creación. Se manifiestan como una dualidad de ser y al mismo tiempo albergan un fuerte impulso de reunificación.

Todo movimiento, acción y creación surgen sólo a través de la interacción de Shiva y Shakti. Hasta que la energía se llena de conciencia, es ciega y desordenada. La energía en sí misma no es nada que crear. Sólo la conciencia le da contenido, forma y enfoque. La conciencia misma es una fuerza latente, una energía latente y también es incapaz de crear. Prakrti sin purusha, al igual que purusha sin prakrti, no tiene de forma independiente la capacidad de realizar actividad creativa.

Los símbolos de Shiva y Shakti a menudo se malinterpretan. Se explican como "hombre" y "mujer" y su unión es vista como un acto sexual. La sexualidad es algo completamente natural. Un malentendido surge cuando el acto sexual se hace pasar por un acto espiritual.

El sexo conduce a la unión de un hombre y una mujer.

La espiritualidad conduce a la unión de la conciencia humana y divina.

Cada uno de nosotros contiene tanto Shiva como Shakti: los principios masculino y femenino. Este hecho también se manifiesta a nivel físico, es la causa de la atracción sexual. En un hombre funciona la atracción por los atributos femeninos, en una mujer por los masculinos. La conciencia masculina se siente atraída por la radiación femenina y viceversa. Si ambos impulsos estuvieran en equilibrio, no surgiría la atracción sexual.

Shiva reside en el sahasrara-chakra, Shakti en el mooladhara. Cuando purusha y prakrti se fusionan en el sahasrara, el conocedor se une con el saber y lo conocido. Cuando experimentemos este hecho, todos nuestros deseos desaparecerán, porque sabremos que todo lo que hemos anhelado está dentro de nosotros. En la conciencia absoluta no hay polaridad de ningún tipo, todo sufrimiento desaparece, permanece la alegría pura, el amor incondicional, la compasión ilimitada y la comprensión total hacia todos los seres.

Sin embargo, mientras la conciencia esté ligada al cuerpo material, no habita sólo en el sahasrara, sino que desde allí regresa al centro del corazón: anahata. Los pensamientos, sentimientos y acciones de una persona que ha realizado el Verdadero Ser dentro de ella provienen del corazón. Anclado en el amor y la felicidad eternos, está constantemente consciente de su atma: el océano de la bienaventuranza.

Shakti es el amor divino maternal que nos brinda calidez, cuidado y protección.

Shiva es el amor paternal de Dios, que media la conciencia, el conocimiento y la claridad.

Que el Divino Padre y la Divina Madre los guíen en su infinito amor a la Conciencia Cósmica.