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Foto del escritorMaya Jakub


Raja significa rey. El rey actúa de forma independiente, segura y confiada. De manera similar, el Rajayogin es único, independiente y valiente. Raja Yoga es un camino de autodisciplina y práctica.

También se le llama Ashtanga yoga (el camino de los ocho pasos) porque consta de ocho partes:


I. yama - autocontrol

II. niyama - disciplina

III. asanas - ejercicios físicos

IV. pranayama – ejercicios de respiración

V. pratyahara – retirada de los sentidos de los objetos externos

VI. dharana - concentración

VII. dhyana-meditación

VIII. samadhi – realización completa, iluminación


Estas ocho etapas del Raja Yoga conducen a la adquisición sistemática de la paz interior,

pureza, dominio propio y conocimiento.


I.Yama: el autocontrol se basa en cinco principios:

Ahimsa - sin lesiones

Ahimsa significa no causar dolor o daño a ninguna criatura, ya sea mediante pensamiento, palabra o acción. No dañar también significa no matar. El consumo de carne va precedido de la muerte de algún animal. Por eso los yoguis comen comida vegetariana. Los animales pueden sentir con algún tiempo de antelación la muerte inminente gracias a su instinto. Si el animal va a ser asesinado, lo percibe intensamente y siente miedo a la muerte. Excluye las hormonas del miedo y el estrés. Estos luego permanecen en su carne y automáticamente los consumimos junto con él. Aquí está la causa oculta de muchos de nuestros miedos, neurosis y psicosis aparentemente infundados.


Satya - veracidad

Decir siempre la verdad es bueno y correcto, pero cómo la decimos es más importante. Podemos "arrojarle la verdad a alguien como si fuera un cuchillo", pero también podemos disfrazarla con palabras amables. Si uno no quiere pecar contra el principio de ahimsa antes mencionado, debe tomar en serio las palabras de Mahaprabhuji, quien dijo: "Las palabras de tu boca deben caer como flores".

Ser sincero también significa no fingir, no ser evasivo y no poner excusas. Es posible que podamos ocultar nuestro verdadero rostro a los ojos de los demás por un tiempo, pero no ocultaremos nuestra verdad interior al menos a una persona: a nosotros mismos. Nuestra propia conciencia es testigo de todo.


Astheya - no robar

Astheia significa que no debemos tomar nada que por derecho pertenezca a otro. Esto no significa sólo cosas materiales, sino también propiedad mental o la oportunidad, esperanza o alegría de alguien. El saqueo de la naturaleza y la destrucción del medio ambiente también entran dentro de este principio.


Brahmacarya - forma de vida pura

Brahmacharya a menudo se traduce como abstinencia sexual. Pero este término es mucho más amplio. Brahmacharya significa volver siempre los pensamientos a Dios. Sin embargo, esto no significa que debamos descuidar nuestros deberes en este mundo. Al contrario, debemos cumplirlas con mayor esmero, pero siempre con el conocimiento: "No soy yo quien actúa, sólo Dios es quien actúa".


Aparigraha - no acumulación de propiedad

No debemos acumular posesiones, sino adquirir y utilizar sólo lo que necesitamos para vivir. El que tiene muchas posesiones también tiene muchas preocupaciones. Nacemos sin posesiones, y cuando dejamos este mundo, dejamos todas las posesiones aquí. No acaparar también significa permitir a otras personas su libertad y no depender de ellas. Si damos libertad, también nos liberamos nosotros mismos, porque dar libertad a los demás significa dársela a uno mismo al mismo tiempo.


II. Niyama: la disciplina se basa en cinco principios:

Saucha - limpieza

Esto significa no sólo limpieza exterior, sino sobre todo limpieza interior. Nuestra ropa, nuestro cuerpo, así como nuestros sentimientos y pensamientos deben estar limpios. Lo mismo ocurre con las personas con las que nos relacionamos. La compañía de personas que tienen una buena influencia sobre nosotros, que son espirituales y nos apoyan con su sabiduría, es un gran beneficio para el desarrollo espiritual personal.


Santosha - satisfacción

La satisfacción es la mayor riqueza que podemos poseer. El poeta indio Tulsidas dijo: "Anhelas minas de oro y gemas, pero no te brindarán satisfacción interior". Sólo podremos alcanzar la satisfacción cuando comprendamos que todos los bienes del mundo traen decepción, que la riqueza interior nos hace mucho más felices que las posesiones materiales.


Tapa - autocontrol, autodisciplina

En la vida siempre encontramos obstáculos y dificultades. Sin embargo, nunca debemos rendirnos y recorrer el camino elegido con firme determinación. La clave del éxito es la práctica constante con autodisciplina, paciencia y resistencia.


Svadhyaya – estudio de los libros sagrados

Como aspirantes a yoga, debemos familiarizarnos con las obras tradicionales de la filosofía del yoga, p. Bhagavad Gita, Upanishads, Yoga Sutras de Patanjali, etc. Estas obras nos aportan conocimientos valiosos y son de gran ayuda en nuestro viaje.


Isvara pranidhana – devoción a Dios

Entrega todo lo que hagas con pura devoción al Ser Divino. Todos aquellos que se confían a Dios con confianza y fe están bajo su protección.

III. Asana - ejercicios físicos y IV. Pranayama - ejercicios de respiración

Al controlar su cuerpo y su respiración, el Rajayogin gana control sobre su mente al mismo tiempo. Esto despierta las fuerzas internas que conducen llevarlo más lejos en su camino espiritual.


V. Pratyahara - retirada de los sentidos

Un yogui es capaz de dirigir sus sentidos y su mente hacia adentro o hacia afuera por su propia voluntad, como una tortuga, que saca la cabeza y las extremidades debajo de la armadura y luego las empuja fuera de ella. Si controlamos pratyahara, podemos desapegar nuestros sentidos de los objetos externos en un instante, independientemente de las circunstancias externas. Por otro lado, si lo deseamos, podemos ser plenamente conscientes de ellos y prestarles toda nuestra atención.


En las etapas básicas de la meditación practicamos pratyahara inmovilizando el cuerpo, cerrando los ojos, calmando la mente y dirigiendo la atención hacia adentro. Existen ciertas técnicas mediante las cuales podemos mejorar aún más el pratyahara. Por ejemplo, en un ejercicio de meditación, primero centramos nuestra atención en los sonidos externos: descubrimos su naturaleza, distancia, etc. y los percibimos. Luego nos retiramos lentamente a nuestro espacio interior y escuchamos el sonido de nuestro cuerpo (latidos del corazón, circulación sanguínea, etc.). Sólo cuando dominemos pratyahara podremos ocuparnos de nuestra propia concentración.


VI. Dharana - concentración

En este punto, te liberarás de las distracciones externas para poder centrarte en tu interior. Aquí aprenderás a ralentizar tu proceso de pensamiento, dirigiendo tu atención a un solo objeto. Aprender a concentrarse en un solo punto durante largos períodos de tiempo conducirá naturalmente a la meditación.


VII. Dhyana-meditación

Todas las técnicas de meditación son sólo un ejercicio preparatorio para tu propia meditación. La meditación no se puede practicar de la misma manera que no se puede entrenar el sueño. El sueño llega cuando nuestro cuerpo está en reposo. La meditación, en cambio, tiene éxito cuando nuestra mente se calma. En la meditación no se forman más ideas, porque provienen de nuestro intelecto. Podemos comparar el cerebro humano con una enorme computadora que tiene una enorme capacidad de almacenamiento. Todos los datos espaciales se pueden almacenar en él. Pero incluso esta computadora tiene sus límites. Sólo puede devolvernos lo que ponemos en él. Sin embargo, en la meditación experimentamos el ser puro. Tan pronto como nuestro intelecto se calma y nuestro ego individual deja de existir, la luz Divina brilla en nuestro corazón y nos fusionamos con él.


VIII.Samadhi - realización completa, iluminación

En samadhi, el conocedor, lo conocido y el saber están unidos. El conocedor (el que ejercita, practica), su conocimiento (de lo que Dios es) y el objeto del conocimiento (Dios) se vuelven uno. Significa que uno se vuelve uno con la Conciencia Divina. Aquel que alcanza samadhi ve la luz brillante trascendental, escucha el sonido celestial y percibe el espacio ilimitado dentro de sí mismo. Cuando alcanzamos el samadhi, nos parecemos a un río que, después de un largo y difícil viaje, finalmente desemboca en el mar. Ahora ya no hay obstáculos, el río se ha convertido en uno con el océano para siempre. De manera similar, el yogui llega al final de su viaje: se une con la conciencia más elevada.


Su conciencia encuentra la calma, la paz y la bienaventuranza eternas: el yogui se libera. Esta experiencia no se puede describir con palabras porque


... sólo quien ha probado la leche sabe a qué sabe la leche,

Sólo quien ha experimentado dolor sabe lo que significa el dolor.

Sólo el que ha amado sabe lo que es el amor.

y por eso sólo aquel que ha experimentado el samadhi sabe qué es el samadhi.


En este estado toda dualidad se disuelve. Ya no hay día, ni noche, ni luz, ni oscuridad, no hay cualidades, no hay colores, todo es uno con el Ser supremo. Esta unión del alma individual con el Ser universal es la meta del yoga.


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